CUARTO DOMINGO DE ADVIENTO
Evangelio del Domingo 22 de Diciembre de 2024
SE INICIA LA ORACIÓN DE ADVIENTO
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Nuestro auxilio es el nombre del Señor. Que hizo el cielo y la tierra.
ORACIÓN INICIAL
Señor Jesús, en este Cuarto Domingo de Adviento, te alabamos por el encuentro lleno de gozo entre tu mamita María y tu tía Isabel. Te pedimos que nos llenes del Espíritu Santo y nos concedas la misma alegría y gratitud por Tu presencia en nuestras vidas. Amén
Que podamos vivir en este Cuarto Domingo de Adviento en plena confianza en Tus promesas y ser testigos de Tu amor y Tu gracia. Prepáranos, en esta última semana de Adviento, para recibirte con un corazón puro, para que podamos experimentar la alegría de Tu salvación. Amén.
Al encender estas cuatro velas, en el último domingo, pensamos en ella, la Virgen, tu Madre y nuestra madre. Nadie te esperó con más ansia, con más ternura, con más amor. Nadie te recibió con más alegría. Amén
Te sembraste en ella como el grano de trigo se siembra en el surco. Y en sus brazos encontraste la cuna más hermosa. También nosotros queremos prepararnos así: en la fe, en el amor, en el trabajo de cada día.¡Ven pronto, Señor! ¡Ven, a salvarnos! Amén
REALIZAR LA LECTIO DIVINA
Morado Domingo IV de Adviento Feria Mayor de Adviento, "O Rex gentium" * "¡Oh rey de las naciones!" MR, p. 141 (165) / Lecc. I, p. 246
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. 15 45, 8
Cielos, destilen el rocío; nubes, lluevan la salvación; que la tierra se abra y germine el salvador.
No se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Te pedimos, Señor, que infundas tu gracia en nuestros corazones, para que, habiendo conocido, por el anuncio del ángel, la encarnación de tu Hijo, lleguemos, por medio de su pasión y de su cruz, a la gloria de la resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
De ti saldrá el jefe de Israel.
Del libro del profeta Miqueas: 5, 1-4
Esto dice el Señor: "De ti, Belén de Efrata, pequeña entre las aldeas de Judá, de ti saldrá el jefe de Israel, cuyos orígenes se remontan a tiempos pasados, a los días más antiguos. Por eso, el Señor abandonará a Israel, mientras no dé a luz la que ha de dar a luz. Entonces el resto de sus hermanos se unirá a los hijos de Israel. Él se levantará para pastorear a su pueblo con la fuerza y la majestad del Señor, su Dios. Ellos habitarán tranquilos, porque la grandeza del que ha de nacer llenará la tierra y él mismo será la paz".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 79 2ac. 3c. 15-16. 18-19.
R/. Señor, muéstranos tu favor y sálvanos.
Escúchanos, pastor de Israel; tú que estás rodeado de querubines, manifiéstate; despierta tu poder y ven a salvarnos. R/.
Señor, Dios de los ejércitos, vuelve tus ojos, mira tú viña y visítala; protege la cepa plantada por tu mano, el renuevo que tú mismo cultivaste. R/.
Que tu diestra defienda al que elegiste, al hombre que has fortalecido. Ya no nos alejaremos de ti; consérvanos la vida y alabaremos tu poder. R/.
SEGUNDA LECTURA
Aquí estoy, Dios mío, para hacer tu voluntad.
De la carta a los hebreos: 10, 5-10
Hermanos: Al entrar al mundo, Cristo dijo, conforme al salmo: No quisiste víctimas ni ofrendas; en cambio, me has dado un cuerpo. No te agradaron los holocaustos ni los sacrificios por el pecado; entonces dije —porque a mí se refiere la Escritura—: "Aquí estoy, Dios mío; vengo para hacer tu voluntad". Comienza por decir: "No quisiste víctimas ni ofrendas, no te agradaron los holocaustos ni los sacrificios por el pecado" —siendo así que eso es lo que pedía la ley—; y luego añade: "Aquí estoy, Dios mío; vengo para hacer tu voluntad".
Con esto, Cristo suprime los antiguos sacrificios, para establecer el nuevo. Y en virtud de esta voluntad, todos quedamos santificados por la ofrenda del cuerpo de Jesucristo, hecha una vez por todas.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
R/. Aleluya, aleluya.
Yo soy la esclava del Señor; cúmplase en mí lo que me has dicho. R/.
EVANGELIO
¿Quién soy para que la madre de mi Señor venga a verme?
Del santo Evangelio según san Lucas: 1, 39-45
En aquellos días, María se encaminó presurosa a un pueblo de las montañas de Judea y, entrando en la casa de Zacarías, saludó a Isabel. En cuanto ésta oyó el saludo de María, la criatura saltó en su seno.
Entonces Isabel quedó llena del Espíritu Santo y, levantando la voz, exclamó: "¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a verme? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de gozo en mi seno. Dichosa tú, que has creído, porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Se dice Credo.
PLEGARIA UNIVERSAL
Pidamos, hermanos, el auxilio del Señor, para que, apiadado del pobre y del oprimido, venga a salvar al mundo de sus males: Digamos confiadamente: R/. Ven Señor Jesús.
Para que todos los fieles se dispongan a recibir a Cristo como lo recibió María y como ella conserven sus palabras en el corazón, roguemos al Señor.
Para que aquellos hermanos nuestros que han abandonado las prácticas cristianas, pero acudirán a la iglesia en las próximas fiestas de Navidad descubran la buena noticia del evangelio, no como un rayo fugaz en la noche, sino como luz permanente que ilumina y alegra toda la vida, roguemos al Señor.
Para que las fiestas del nacimiento del Señor, alejen las tinieblas de quienes viven sumergidos en dudas e incertidumbres y colmen los deseos de quienes se sienten descorazonados y tristes, roguemos al Señor.
Para que el nacimiento de Cristo nos ayude a renunciar a los deseos mundanos y a vivir sobria y honradamente, esperando la aparición definitiva del Señor, roguemos al Señor.
Dios nuestro, que elegiste como templo de tu permanencia a María, la humilde hija de Israel, escucha nuestras plegarias y concédenos vivir siempre plenamente adheridos a tu voluntad, imitando la obediencia del Verbo, que vino al mundo a cumplir las Escrituras. Por Jesucristo, nuestro Señor.
SE ENCIENDE LA CUARTA VELA MORADA DICIENDO:
QUE LA LUZ DE CRISTO ILUMINE MI VIDA Y LA DE MI FAMILIA
ORACIÓN FINAL
¡Visita, Señor, este hogar: aleja de él las insidias del enemigo; que tus santos ángeles habiten en él y nos guarden en paz, y que tu bendición permanezca siempre con nosotros. Por Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.
Ven Señor y haz resplandecer tu rostro sobre nosotros.
Y seremos salvados. Amén
Padre Nuestro; Ave María; Gloria.
Infunde, Señor, tu gracia en nuestros corazones, para que los que hemos conocido, por el anuncio del Ángel, la Encarnación de tu Hijo Jesucristo, lleguemos por los Méritos de su Pasión y su Cruz, a la gloria de la Resurrección. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
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